Sentado frente a una vidriera que da a 9 de Julio y Corrientes, desde el primer piso de un conocido restaurant de comida rápida famoso por la imagen de su payaso, veo pasar el colectivo 7, la misma cantidad de veces que su correspondiente número.
Mientras se mezcla entre autos particulares que terminan su jornada laboral, un reloj digital con grandes números rojos en la terraza de un edificio a un par de cuadras de donde estoy, marca las 17.35 y se va despidiendo un día gris, nublado en Buenos Aires. Asimismo dos o tres micros sin techo, pasean a extranjeros que, sin importar las condiciones climáticas buscan conocer a Mi Buenos Aires querido.
Y entretanto y a pesar del frío que ya empieza a hacer por estos lares, los artesanos, que con sus manos crean, transforman, reciclan, continúan apostados, paradójicamente bajo las gigantografías del calendario 2011 de Gaby Herbstein “Huella Ecológica 2” que con su slogan reza: “la basura no es basura”, con imágenes y un claro mensaje alusivo a la reutilización de algunos desechos o materiales que, como seres humanos y ciudadanos generamos.
Y mientras miro sorprendido lo mal que manejamos y lo poco que nos importa el otro, Bosch que promociona sus sistemas de seguridad electrónica y sonorización profesional, me hace pensar en que debería haber un mejor sistema de control vial, mayor seguridad tanto para peatones como automovilistas.
Casi una Crónica, de nuestra sociedad, no cuidarnos a veces entre nosotros, hay que decirlo: “siempre la verdad debe estar por arriba de todo”.
Y sin darme cuenta la luz del día se va yendo. Pero se encienden otras luces, las de la ciudad, las de los carteles de los negocios, las marquesinas de los teatros, de una de las avenidas más iluminadas de la ciudad que, accidentalmente con su paisaje o casualmente, se llama Corrientes.
La noche saca a relucir otra faceta de la ciudad, los colores cambian, los matices.
Es lunes y aún así, empezando la semana, hay miles de propuesta que los porteños como anfitriones podemos ofrecer. Desde ir a comer algo o ir de Shopping hasta ir al teatro pagando a mitad de precio las entradas a través de una empresa de Tickets que nos hace descuentos, hasta ver un show de Tango en NH, una de las cadenas de hoteles más reconocidas del mundo que tiene un estacionamiento justo al lado para los que dispongan de automóvil.
Tal vez sea un día igual a todos los demás, tal vez sea una suerte, una lotería, que nos ofrece la provincia, para salir un rato de la rutina. Algo así como: “poder seguir pidiendo deseos o empezar a cumplirlos”.
Los frases en que están en cursiva o con comillas son el paisaje que podía observar desde la vidriera, los carteles, sus slogans, los negocios, por eso la diferenciación.
Mientras se mezcla entre autos particulares que terminan su jornada laboral, un reloj digital con grandes números rojos en la terraza de un edificio a un par de cuadras de donde estoy, marca las 17.35 y se va despidiendo un día gris, nublado en Buenos Aires. Asimismo dos o tres micros sin techo, pasean a extranjeros que, sin importar las condiciones climáticas buscan conocer a Mi Buenos Aires querido.
Y entretanto y a pesar del frío que ya empieza a hacer por estos lares, los artesanos, que con sus manos crean, transforman, reciclan, continúan apostados, paradójicamente bajo las gigantografías del calendario 2011 de Gaby Herbstein “Huella Ecológica 2” que con su slogan reza: “la basura no es basura”, con imágenes y un claro mensaje alusivo a la reutilización de algunos desechos o materiales que, como seres humanos y ciudadanos generamos.
Y mientras miro sorprendido lo mal que manejamos y lo poco que nos importa el otro, Bosch que promociona sus sistemas de seguridad electrónica y sonorización profesional, me hace pensar en que debería haber un mejor sistema de control vial, mayor seguridad tanto para peatones como automovilistas.
Casi una Crónica, de nuestra sociedad, no cuidarnos a veces entre nosotros, hay que decirlo: “siempre la verdad debe estar por arriba de todo”.
Y sin darme cuenta la luz del día se va yendo. Pero se encienden otras luces, las de la ciudad, las de los carteles de los negocios, las marquesinas de los teatros, de una de las avenidas más iluminadas de la ciudad que, accidentalmente con su paisaje o casualmente, se llama Corrientes.
La noche saca a relucir otra faceta de la ciudad, los colores cambian, los matices.
Es lunes y aún así, empezando la semana, hay miles de propuesta que los porteños como anfitriones podemos ofrecer. Desde ir a comer algo o ir de Shopping hasta ir al teatro pagando a mitad de precio las entradas a través de una empresa de Tickets que nos hace descuentos, hasta ver un show de Tango en NH, una de las cadenas de hoteles más reconocidas del mundo que tiene un estacionamiento justo al lado para los que dispongan de automóvil.
Tal vez sea un día igual a todos los demás, tal vez sea una suerte, una lotería, que nos ofrece la provincia, para salir un rato de la rutina. Algo así como: “poder seguir pidiendo deseos o empezar a cumplirlos”.
Los frases en que están en cursiva o con comillas son el paisaje que podía observar desde la vidriera, los carteles, sus slogans, los negocios, por eso la diferenciación.
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