Me siento frente a la computadora, es como agarrar una lapicera y e intentar escribir algunas líneas sobre un papel, sólo que en este caso es un poco más rápido y con diferentes sensaciones. Intento volcar algunas cosas que pienso, tal vez otras que ya pensé, maduré, trabajé. No hay nada, el vacío. No entiendo, todo lo que daba vueltas de repente desapareció. Lo que pueda llegar a expresar no me conforma, no me llena. Todo se convierte sin quererlo en un sinfín de vocablos inconexos, una oración con principio a la cual no le encuentro el final. Como ideas tal vez mezcladas, como engrudo en mi cabeza, las mismas que quizás no cierren, pero no hay nada claro. No avanzo, no retrocedo. Estoy estático. Caigo inútilmente en los lugares comunes de los que quiero escapar. Me sobran las ganas, pero no encuentro el camino, falta aceitar las palabras, cuidar la gramática. Me preocupo pero no me desvelo. De a poco todo se irá acomodando, tomando forma u ocupando su lugar.
Han pasado 3 años, 36 meses, 144 semanas, 1095 días, 26 mil doscientas ochenta horas, 1.576.800 minutos y 94.608.000 segundos. Transcurridos junto a ustedes, de los que me llevé conmigo los mejores recuerdos. Y con ellos me sale recordar la biblioteca y los momentos vividos, buenos, increíbles, malos también, son mis compañeras de trabajo, Ceci que estás siempre, que le ponés el pecho y das la cara todos los días pase lo que pase por abrir la maldita biblioteca, por ser como sos, con tu apoyo siempre que necesité una mano, por nuestros desahogos juntos, en llanto o a las puteadas, por darnos ese aliento porque nos teníamos los dos, por cagarnos de risa, esas tentadas que duraban una hora, por los cigarrillos juntos, las comidas que no me olvido más, por las charlas esas que cuando nos poníamos eran durísimas!!, te quiero y gracias, por tantas cosas que los dos llevamos guardadas de lo que vivimos. Maryyy, por ser como una abuela para miii, por ser esa señora correcta que se sonrojaba ...
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