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Mostrando las entradas de diciembre, 2010

Cielo estrellado

Miré al cielo y había miles de estrellas, casi las tenía a centímetros de la cara pero no podía verte. Me refregué los ojos con las dos manos para ver si mi vista me engañaba pero nada, e intenté de nuevo, y nada, entonces empecé a entristecerme. Siempre que te buscaba ahí aunque estuviéramos cerca o lejos te encontraba, porque para mí siempre brillaste con una luz diferente, una luz mucho más fuerte que las demás estrellas, las que te acompañaban, eso te hacía única y fácilmente identificable. Yo solamente miraba para nuestro lugar, por cierto, tu lugar, del que me dejaste formar parte, y sabía donde encontrarte. Pero esta vez, no había dudas, no estabas ahí. Seguramente si le preguntara a la gente, más de uno me diría que te vieron volar en un destello luminoso, atravesando la atmósfera, lo que otros llamarían estrella fugaz. Sin embargo yo prefiero tal vez, pensar que estás en otra galaxia, que otros firmamentos y quien sabe, porque no, otros ojos disfrutan de tu luz, radiante, plen