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"Recuerdos que volvían hacia mí, en vagones cargados de recuerdos que hacían paradas en las estaciones de cada momento vívido."


Una foto que me recordó tantas cosas, cosas que no quiero olvidar. Que apareció entre otras, casi sin querer, por causalidad. Luego de no verla durante muchos años. Para recordarme de donde vengo y hacerme pisar más fuerte, para terminar de apoyar los pies sobre la tierra. Bastaba sólo situarse un momento en que aquella época y hacer un paralelismo entre esos años y el último vivido para darse cuenta de que no hacía falta descifrar que cualquiera escogería los primeros.
Tal vez es sólo darse de cuenta de que pasan los años y uno crece perdiendo y ganando cosas en el camino. Camino andado y desandado durante el resto de nuestras vidas. Uno suma años, promesas de café a algún gran amor, kilos, canas, tristezas, desamores, y algunos enemigos o tal vez gente con la que no congeniamos, después de todo, no se puede llevarse bien con todo el mundo.
Comprendemos que a veces es mejor quedarse con un recuerdo de lo vivido y no volver a buscar algo que nunca más se volverá a vivir.
La muerte se presenta ante nosotros llevándose a nuestros seres más queridos aunque a veces quisiéramos que se quedaran siempre con nosotros. Quizás nunca estemos preparados para perder a quienes más amamos, creo que uno sólo vive con eso, pero dudo poder acostumbrarse. Un proceso que forma parte de la vida.
Descubrimos con gran asombro la visión que teníamos de más chicos de algo que era totalmente diferente a la realidad. Perdemos capacidad de asombro antes cosas pequeñas y frescura con los años, pensamos cada vez más antes de responder, cuidamos las palabras, espontaneidad es el vocablo correcto. Concebimos la felicidad de otra manera. Perseguimos ideales, nos formamos en la universidad o en la calle, la escuela de la vida y algunos damos continuidad a nuestro apellido. Aprendemos cosas nuevas todos los días.
Y ahí yacían en mi mano más de dos décadas que se habían ido, un pasado tan presente y los recuerdos que volvían hacia mí, en vagones cargados de recuerdos que hacían paradas en las estaciones de cada momento vívido.

Comentarios

Mely dijo…
Cada vez que leo algo de tu autoría quedo más sorprendida de lo bien y lindo que escribis!!!
Genial el relato :)
Abril Lech dijo…
Mucha tristeza, la de la pérdida... Verdad que nunca estamos suficientemente preparados. Ni para las grandes, ni para las chicas.... Tal ves ese sea el aprendizaje de la vida. Que no hay tales pérdidas sino simples cambios energéticos. Pero no lo se...

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