La Navidad

La navidad, una época, una fecha muy importante, el balance del año, recuerdos de momentos vividos con gente que ya no está entre nosotros en cuerpo y alma o sólo físicamente, caras nuevas, ideas que se suman y sentimientos que permanecen intactos.
Sentados en una mesa que nos reúne a todos, resaltando y manteniendo vivos los valores de la familia, comiendo mucho, compartiendo lo que prepararon todas nuestras madres (tías, abuelas, mamás), durante los días previos. Y bien digo, porque aprovechamos para acercarnos con los que por alguna razón teníamos algún conflicto, nos decimos cosas que durante el año no hubiéramos mencionado, nos perdonamos, nos abrazamos, y el clima es de amor y paz al pie de un árbol que espera el nacimiento de Jesús y llenarse de regalos para cuando sean las doce y terminemos de brindar, para los que creemos. Y ahí lo mejor, el feliz navidad, felicidades, los mejores deseos, los besos, los abrazos eternos, el brindis y ese sonido de las copas al chocar, y a lo mejor la radio que hace la cuenta regresiva mientras todos la hacemos con ella. Salir a mirar los fuegos artificiales que todo el mundo compró para la ocasión. Disfrutando de ese espectáculo que siempre me pareció mágico, emocionante, indescriptible, un cielo surcado de colores y sonido. Una mezcla de sensaciones, sentimientos, añoranzas. Y más tarde cantábamos, los turrones, los posteriores brindis, la sobremesa y todas aquellas cosas que recordamos.
Un árbol decorado, adornado, no es igual a cualquier otro, cada familia por lo general tiene el suyo. Recuerdo uno de los mejores que tuve en mi vida y que también asocio a aquellos años maravillosos,el de la casa de Villa Luro. Un árbol enorme, ancho, lleno de bolas de muchos colores, guirnaldas, cuatro juegos de luces, y uno de ellos musical. Nos pasábamos horas mirándolo, como si nunca hubiéramos visto uno, o íbamos a sentarnos a charlar al comedor donde estaba ubicado para disfrutar de esa compañía.
Una fecha significante que renueva las ganas, que nos hace vulnerables, al igual que fin de año, donde bajamos la guardia y hacemos un recuento de las cosas buenas y malas que pasaron en el año y las que cambiaremos o nos gustaría modificar para el siguiente.
Santu, gracias por haberme devuelto anoche la inspiración, por ayudarme a poner en palabras esto que tenía, porque volví a escribir después de un tiempo que no lo hacía, y porque siempre siento que estás, y le ponés toda la onda, aunque no sea siempre físicamente, te quiero nena.