OBELISCO. El símbolo de la Ciudad reunió a muchos porteños que se juntaron a disfrutar del sopresivo fenómeno.
¿Podemos hablar de otra cosa que no sea de nieve?
Por Cristian Vazquez. De la Redacción de Clarín.com
crvazquez@claringlobal.com.ar
¡No! ¡Claro que no! ¡Por supuesto que no! ¿Cómo vamos a hablar de otra cosa, si puede que sea la única vez en un siglo en que tengamos tal ocasión? Porque ayer nevó sobre Buenos Aires, y fue histórico y todo eso que ya dijo todo el mundo por ahí, incluida la tele. Es decir, la tele ayer casi no dijo otra cosa (y hoy sigue y seguirá varios días más).
Eso nos recuerda algo que escribimos por aquí hace no mucho, de cuando llovió, llovió, llovió y siguió lloviendo. En ese momento nos admiramos un poco de la cobertura que la TV le daba a la lluvia y la tendencia a mirar por TV la lluvia que se podía ver por la ventana. Pero ahora no podemos decir lo mismo, porque este sí que fue un acontecimiento: nevó por primera vez en 89 años. Y tuvimos la ocasión de ver eso que hasta ahora era como una idea de película: nuestras casas y los lugares por los que transitamos habitualmente cubiertos por una mágica capa blanca.
Los movileros tuvieron mucho trabajo. Por ejemplo, uno de TN viajó a Pergamino a la mañana (horas en que los productores –imaginamos– creían que la llegada de la nieve hasta allí ya era todo un suceso argentino) y pasó allí todo el día. No tuvo mucho éxito cuando quiso conocer las atracciones turísticas de la ciudad ("¡el terraplén!", le indicaron; una alternativa un tanto –digamos– modesta, y lo decimos con onda, no se nos vayan a enojar los pergaminenses...), pero sí cuando inquirió a una dama:
–¿Sacaron muchas fotos?
–¡Síiiii! ¡Y a vos ni te cuento!
Y sacamos cientos, miles de fotos, y las publicamos en la Web y le mostramos al mundo nuestra nieve autóctona. Tenemos la calle más larga, el río más ancho, las minas más lindas del mundo y ahora hasta nuestra propia nieve. Nieve criolla. La veíamos por la pantalla: los muñecos de nieve sobre los autos, la gente en las plazas, algunos llevaron a sus perros que por fin se sintieron en su hábitat originario: un siberiano, un San Bernardo...
A la noche, en su programa de radio, Alejandro Dolina –después de arriesgar la hipótesis de que lo que caía no era nieve sino fragmentos de telgopor (¿o tergopol? ¿o telgopol?) que el gobierno arrojaba desde aviones– se refirió a la anterior nevada histórica porteña, la de 1918. Esa noche, contó, Agustín Bardi compuso un tango, que es instrumental y se llama "Qué noche". Más allá de su calidad, la canción quedó en la historia por haber sido compuesta esa noche. Al menos esa es la versión oficial, vaya uno a saber si es cierto. Así que, amigos, todavía están a tiempo: hoy o mañana compónganse un tango, inventen la lamparita eléctrica o metan el gol de su vida, y después digan que fue aquel día en que nevó sobre Buenos Aires. Todos lo recordaremos, van a ver.
Me pareció muy buena la nota de Clarín, con mucho color y quería compartirla con ustedes y además dejar plasmado este día que quedará en la memoria de todos nosotros.
Comentarios
SE ENTENDIO? no se sale hacerme la buena jajaj malisimo.
te quiero federico
volve a mi casa, pero a comer empanadas y a cantarle Cacho Castaña a mi mamaa!! :)
te extraño, y no me sirvio ir a tu casa conocer a kevin, tu hermano y al amigo de tu hermano!
te quiero conocer todooo jaja :)
sabes cuanto te quiero!.
.... mmmmmm la verdad nose k mas poner .... con las 2:15 toy en el cumple de mi hna ..... y nada .... emboladisima mal jaja pero esta MI fefo!!! jaja :P k m hace el aguante!! jijiji :P
te mandoooo besotessssssssssssssssssssssss
se te extraña too! =)
suerte!!!
*s*a*n*t*u*
pase
que siga el blog