Y de pronto del caos conseguimos pasar a un gran estado de calma, que sentimos haber conseguido con el sudor de nuestra frente. Comienzan a modificarse algunas cosas, a aclararse ciertos panoramas. Y de repente logramos metas que creíamos imposibles. Y surgen sensaciones, emociones, y miramos para atrás a un pasado reciente con la frente en alto. Inevitables son los balances, y más a esta altura del año. Que podríamos haber hecho mejor, en que fallamos, y que haremos para cambiar y superarnos. Porque creo que de eso se trata, de buscar la mejoría todos los días. Afianzarnos, fortalecernos, perfeccionarnos, y no sólo en lo profesional o en nuestra carrera. Sino sentirse completo, en armonía con uno mismo y en la relación con los demás. Sin duda, siempre tendremos algo para reprocharnos, o quizás otros lo harán, es así, de las caídas se aprende. Y por fin erguidos ante la vida, mirar hacia delante, sin detenernos, aprendiendo a cada paso.
Este es un lugar al que vengo cuando me quiero olvidar del mundo. O tal vez acordarme de otras épocas, o proyectar hacia el futuro. Un espacio para dejarme llevar y expresarme tal cual soy. Para volar, viajar, y disfrutar de las maravillosas herramientas que nos da nuestro lenguaje, las palabras.