Miré por la ventana aquella lluvia, aquella noche, anoche. Una suave brisa refrescaba mis ideas y de vez en cuando alguna gota golpeaba mi cara. Pero parecía no molestarme, nada parecía hacerlo. Llovía torrencialmente pero yo estaba muy cómodo en la posición en la que me encontraba. La ventana abierta daba hacia la calle y mi mirada estaba centrada en algún punto del asfalto en la avenida. Llovía y en mi cama las cosas eran fáciles. Afuera sin embargo una mujer que tenía que llegar a su casa después de una cena con amigos corría para protegerse bajo un alero en la calle Defensa, y un San Telmo desolado la observa sin siquiera inmutarse. Un vagabundo que dormía en Santa Fe y Callao se despertó cuando empezaba a mojarse sin poder volver a conciliar el sueño. Y la vida en Buenos Aires transcurría sin sobresaltos. Llovía y en mi cuarto reinaba el silencio y yo pensaba. En Corrientes a la altura de Paraná un joven camina sin saber a donde va, sin importar la hora, siente la lluvia mojar tod...
Este es un lugar al que vengo cuando me quiero olvidar del mundo. O tal vez acordarme de otras épocas, o proyectar hacia el futuro. Un espacio para dejarme llevar y expresarme tal cual soy. Para volar, viajar, y disfrutar de las maravillosas herramientas que nos da nuestro lenguaje, las palabras.