Una lluvia torrencial, un cielo gris, los pájaros que no están, las copas de los árboles que erguidos sobre la calle luchaban por no perder sus ramas. El viento soplaba con fuerza y llevaba consigo hojas, papeles, olor a tierra mojada. Vestigios de un tiempo que se fue. Yo miraba desde la cama de mis padres aquella tormenta que me encantaba. Hoy aún escucho el sonido del viento. Allí adentro me sentía seguro. Miraba hacia ninguna parte, porque todo eso que veía me asombraba, era más de lo que podía entender, era todo lo que sentía que en ese momento me daba una sensación de alivio. Recuerdos de mi niñez, perfumes de mi adolescencia y juventud. Era todo y no era nada, siempre era así. Mientras miraba pensaba en cosas que habían pasado en algunos instantes de mi vida. Fugaces e imborrables imágenes de lo que había vivido con gente que amé. Quería conservar cada uno de esos pedacitos de historia, sabía que no los podía perder. Hice un recorrido por mi historia, a través de los años. Nada ...
Este es un lugar al que vengo cuando me quiero olvidar del mundo. O tal vez acordarme de otras épocas, o proyectar hacia el futuro. Un espacio para dejarme llevar y expresarme tal cual soy. Para volar, viajar, y disfrutar de las maravillosas herramientas que nos da nuestro lenguaje, las palabras.